El domingo desayuno textos de alumnos con café con leche

El domingo desayuno textos de alumnos con café con leche. Al rato me obligo a salir al sol. Me alimento de restos, de pan viejo, abuso de las galletitas con queso. Lloro un poco, la verdad. Me maquillo, me peino, me río, me encremo, limpio mi casa, lavo ropa, la huelo, suspiro. Le levanto unos centímetros a mi alma. Ordeno discos: Hola Fito, qué talentoso sos. “Vamos que se agradece tu elegancia, tus ojos trashumantes, tu fragancia, vamos y no le demos al final tanta importancia”. ¡Ay si fuera tan fácil!

Leo poesía mientras espero el rescate: las amigas y el budín de mandarina. Al rato, por qué no, una copa (copa y media) de vino. Niños sanos y gatos alrededor. El premio de pedirnos comida tan rica. Un brindis pidiendo salud, salud, salud, mirándonos a los ojos. Las risas que ocupan la casa. Y qué lindo tenes el pelo. Vos decís que no lo llame más ¿no? Sabés cuánto me quisieron cobrar el kilo de papas. De mi viejo ni me acordé hoy. Qué putada el día del padre. Son cosas de grandes, ahora a ponerse los piyamas. Cuatro mujeres en una cama son dueñas indiscutidas del universo. Se me cierran los ojos por encima de las ojeras llenas de anemia, pero no me olvido de agradecer esto de estar curándome.

Amanezco besando los mejores cachetes del mundo y viendo cómo se abren los ojos más bellos. Soy mamá de esas dos. Ay. Recuerdo el budín de mandarina, me cebo los primeros mates. Lo cíclico a veces es tan grandioso. Subo a mi palacio privado, escribo la columna de radio. Hoy vuelvo al ruedo. Lloro y me río. El mate se lava pronto. Los de Radio Sur me están por llamar, después vienen más amigos, hay sol, libros y un poco más de fuerza. Acaso hasta bailemos un poco, para celebrar. Grito por la ventana: ¡Cumbia o muerte! Desde abajo suben las carcajadas. Parece que se viene otro buen día. Buen día.