Yo soy históricamente una flaca con panza
- macarena moraña
- 2 jul 2017
- 1 Min. de lectura
Yo soy históricamente una flaca con panza. Un día, uno de los carniceros de mi barrio, me preguntó si estaba embarazada. No, le dije, tengo panza, y me reí. A la semana volví, y me dijo algo del pan debajo del brazo. Yo pensé que, o se había olvidado, o era medio boludo. Bueno, pasó. Quince días más tarde me suelta: Qué lindas se ponen las embarazadas, eh, con todo respeto. Durante las cuadras de vuelta a casa me miraba en cada vidriera y ventana, obsesivamente, y por supuesto, cada vez me veía más y más panzona. Ayer volví, distraída, pensando en algo lindo, cuando su voz me sacudió: Pero cómo crece esa pancita, eh, qué bien se alimenta esa mamá. Ah, que tremendo hijo de puta. -¿Qué va a llevar la mami? Yo ya no sabía ni para qué había ido, ni qué necesitaba, ni cómo me llamaba. La única palabra que era capaz de decir era “panza”. Compré un par de bifes y apenas salí largué el llanto. Ya hoy, más calma, me debato entre las opciones de ir a insultarlo como se merece, o nombrarlo como padrino de la criatura.
Los viejos que usan la ultima fuerza que tienen para perderse, irse a la mierda, conducidos por la fuerza y el deseo de salir, de huir,
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